Día 32 | La bondad amorosa de Dios

Viernes 4 de marzo de 2022

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,

y en la casa de Jehová moraré por largos días. -Salmos 23:6

Cristo no nos ha dado seguridad de que obtener la perfección de carácter es un asunto fácil. Es un conflicto, una batalla y una marcha diarios. Entramos en el reino de los cielos por medio de mucha tribulación. A fin de participar de la gloria de Cristo, debemos compartir sus sufrimientos… Ha vencido por nosotros. ¿Seremos entonces tímidos y cobardes debido a las pruebas que afrontamos al avanzar?… {HHD 200. 2}

Cuando apreciemos más profundamente la misericordia y la longanimidad de Dios, lo alabaremos más en lugar de quejarnos. Hablaremos de la amante vigilancia del Señor, de la tierna compasión del buen Pastor. El idioma del corazón no será la murmuración y la queja egoísta. La alabanza, como una corriente clara y que fluye, brotará de los verdaderos creyentes en Dios. Dirán: “El bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días”… {HHD 200. 3}

Pregunta que proviene del corazón: ¿Estás confiando en la bondad y misericordia de Dios para seguirte todos los días de tu vida y estás dispuesto a morar en la casa del Señor para siempre? Si es así, recuerde que no es una tarea fácil, pero puede salir victorioso apoyándose en los brazos amorosos de Jesús mientras habla de Su bondad y misericordia que Él le permite obtenerla.

  1. Oremos para que el lenguaje de nuestro corazón no sea murmurar egoísta mente y lamentarse, sino que en cambio oremos a Dios por Su bondad y misericordia para que nos siga todos los días de nuestra vida.
  2. Oremos por los miembros de la iglesia que viven en Haití. Oremos para que haya crecimiento de la iglesia, mayor compromiso con Dios y su servicio, así como puntualidad y consistencia en la asistencia.
  3. Oremos por Misión 360 – Evangelismo para los no creyentes en nuestras instituciones de salud.
  4. Oremos pidiendo sabiduría para los líderes y administradores de la iglesia mientras trabajan, ellos permitirán que el Espíritu los use y se crucifiquen a sí mismos.
  5. Oremos por un gran derramamiento del Espíritu Santo sobre los miembros de la iglesia de Dios en todo el mundo, dondequiera que estén, para que la obra pueda terminarse y podamos irnos a casa.
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