Día 47 | Permanecer en las palabras de Dios

Sábado 19 de marzo de 2022

Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. Juan 15: 7

La fe verdadera demanda la bendición prometida y se aferra a ella antes de saberla realizada y de sentirla. Debemos elevar nuestras peticiones al lugar santísimo con una fe que dé por recibidos los prometidos beneficios y los considere ya suyos. Hemos de creer, pues, que recibiremos la bendición, porque nuestra fe ya se apropió de ella, y, según la Palabra, es nuestra. “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”. Marcos 11: 24. Esto es fe sincera y pura: creer que recibiremos la bendición aun antes de recibirla en realidad. Cuando la bendición prometida se siente y se disfruta, la fe queda anonadada. Pero muchos suponen que tienen gran fe cuando participan del Espíritu Santo en forma destacada, y que no pueden tener fe a menos que sientan el poder del Espíritu. Los tales confunden la fe con la bendición que nos llega por medio de ella. Precisamente el tiempo más apropiado para ejercer fe es cuando nos sentimos privados del Espíritu. Cuando parecen asentarse densas nubes sobre la mente, es cuando se debe dejar que la fe viva atraviese las tinieblas y disipe las nubes. La fe verdadera se apoya en las promesas contenidas en la Palabra de Dios, y únicamente quienes obedezcan a esta Palabra pueden pretender que se cumplan sus gloriosas promesas. “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”. Juan 15: 7. “Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.”. 1 Juan 3: 22. {PE 72. 2}

Pregunta que proviene del corazón: ¿Está aferrándote y reclamando las bendiciones prometidas por fe genuina? ¿Estás permitiendo que Cristo y sus palabras permanezcan en ti? ¿Estás reconociendo y disfrutando de estas promesas?

  1. Oremos para que por fe nos aferremos y reclamemos las bendiciones prometidas de Dios; que al orar por fe, permitiremos que Cristo y sus palabras permanezcan en nosotros.
  2. Oremos por los miembros de la iglesia que viven en Barbados. Oremos para que haya crecimiento de la iglesia, mayor compromiso con Dios y Su servicio, así como puntualidad y consistencia en la asistencia.
  3. Oremos por el programa de Crecimiento Ministerial con énfasis en la función del Espíritu Santo.
  4. Oremos por nuestros jóvenes en toda la División Interamericana, para que regresen a la iglesia y para que los padres sean fuertes modelos positivos al traer a sus hijos a la iglesia.
  5. Oremos para que todas las personas, sin importar su edad, género, título oficial o estatus, reconozcan que deben ser testigos y mensajeros del amor de Dios para un mundo moribundo.

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